martes, 5 de marzo de 2024

18 - CHIQUILÍN DE BACHÍN

"Chiquilín de Bachín" es una conocida canción de tango en ritmo de vals compuesta por el músico argentino Astor Piazzolla y el poeta uruguayo-argentino Horacio Ferrer. Fue interpretado por primera vez por Amelita Baltar. La canción fue editada como lado B de un simple editado por CBS en noviembre de 1969, con "Balada para un loco", de los mismos autores, como lado A. Al mes siguiente (diciembre/1969), RCA editó un simple con los mismos temas interpretados por Roberto Goyeneche y la Orquesta de Ástor Piazzolla. La interpretación emocionalmente quebrada de Goyeneche quedó asociada en adelante con el tema. 


Cuenta Horacio Ferrer: Astor había compuesto algo que me hizo escuchar. "¿A vos qué te sugiere?", le pregunté. "Una ronda de niños", me dijo. 


-¡Niños muy tristes! 

-Sí, yo encontré que era una música melancólica y recordé a ese chico que comía en el Bachín todas las noches. 

-Pero ese niño era muy pobre. ¿Cómo comía en el Bachín? 

-Yo lo invitaba. Nos hicimos muy amigos. Se llama Pablo González. Ahora tiene 38 años. 


Un habitué de Bachín cuenta: “Chiquilín de Bachín” es un vals que nació más o menos allá por 1969 –no tengo muy presente la fecha exacta- y que debemos al genio musical de Astor Piazolla y a la poesía de Horacio Ferrer. “Bachín” era el nombre de un restaurante que en ese entonces –ya no existe- estaba en el centro de Buenos Aires, en Rodríguez Peña entre Corrientes y Sarmiento. Allá íbamos a cenar casi todos los músicos y artistas de diferentes lugares al terminar nuestro trabajo, más o menos a la una, una y media de la madrugada. Como ocurre siempre, allá también entraban algunos vendedores ambulantes ofreciendo distintos artículos que vendían para poder vivir. A veces eran personas mayores, a veces eran chicos. Y entre todos ellos, había un “chiquilín” de unos ocho o nueve años, al que su mamá traía hasta la puerta. Vendía flores para ayudar a su familia. Siempre que estábamos, él aparecía, así que ya lo conocíamos, formaba parte del lugar. A veces le hacíamos alguna pregunta; otras veces le dábamos alguna monedita de más para ayudarlo... en fin, le fue quedando el apodo de “el chiquilín de Bachín”. “¡Ahí viene el chiquilín! ¿de dónde? ¡de Bachín!”. Hasta en los restaurantes vecinos lo llamaban así. 


Una noche, cenando ahí mismo y en esos manteles de papel que había en Bachín, Horacio Ferrer empezó a esbozar la letra de la canción, a la que Astor Piazolla enseguida le puso música. Y así nació ese tema tan especial que luego recorrería el mundo. 


Conocí esa parte de la historia. Pero lo lindo para mí es que no terminó allí. Cerca de 1980 me encuentro con un muchacho que me saluda afectuosamente diciéndome... “Cacho, ¿se acuerda de mí? No creo que Ud. se acuerde! Ya estoy casado, tengo hijos, una linda familia...” Y para mi sorpresa, no era otro que aquél “Chiquilín de Bachín”. Recuerdo esta anécdota con cariño, ya que no sólo yo, sino todos los que estábamos en ese momento nos emocionamos al ver al “chiquilín” convertido en un hombre que había logrado salir adelante en la vida.


(Héctor Rossi)





CHIQUILÍN DE BACHÍN - Tango 1969

Música: Astor Piazzolla

Letra: Horacio Ferrer



Por las noches, cara sucia

de angelito con bluyín,

vende rosas por las mesas

del boliche de Bachín.


Si la luna brilla

sobre la parrilla,

come luna y pan de hollín.


Cada día en su tristeza

que no quiere amanecer,

lo madruga un seis de enero

con la estrella del revés,

y tres reyes gatos

roban sus zapatos,

uno izquierdo y el otro ¡también!


Chiquilín,

dame un ramo de voz,

así salgo a vender

mis vergüenzas en flor.

Baleáme con tres rosas

que duelan a cuenta

del hambre que no te entendí,

Chiquilín.


Cuando el sol pone a los pibes

delantales de aprender,

él aprende cuánto cero

le quedaba por saber.

Y a su madre mira,

yira que te yira,

pero no la quiere ver.


Cada aurora, en la basura,

con un pan y un tallarín,

se fabrica un barrilete

para irse ¡y sigue aquí!

Es un hombre extraño,

niño de mil años,

que por dentro le enreda el piolín.


Chiquilín,

dame un ramo de voz,

así salgo a vender

mis vergüenzas en flor.

Baleáme con tres rosas

que duelan a cuenta

del hambre que no te entendí,

Chiquilín.

 

 

Goyeneche grabó este tango con Astor Piazzolla en dos ocasiones: 

en 1969 la primera y en 1982, la segunda, que fue realizada en vivo 

en el Teatro Regina de Buenos Aires. 

 

 

Con Astor Piazzolla, en 1969.

 

 

También con Piazzolla, pero en vivo y en 1982.
 
 

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