“Sus ojos se cerraron” es un tango cuya letra pertenece a Alfredo Le Pera en tanto que la música es de Carlos Gardel, quien la cantó en enero de 1935 en el filme “El día que me quieras”.
La letra alude al dolor de un hombre ante la muerte de su amada. Como muchas de las obras de Le Pera y Gardel, este tango fue escrito con miras a ser incluido en la línea argumental de la película, pero parte de una experiencia personal del romance de Le Pera con Anita Martínez que finalizó con la enfermedad y la muerte, muy joven, de la muchacha.
El director del filme El día que me quieras Terig Tucci cuenta en sus memorias que durante la etapa de preparación de la filmación de la escena en que Gardel debía cantar Sus ojos se cerraron, sostuvo con el cantor arduas discusiones en los ensayos y durante el exhaustivo análisis de la letra, de la música y de la interpretación que realizaran tanto en los Estudios como en el departamento de aquel. Narra Tucci que cuando la filmación incluía a Gardel eran muchas las personas –“desde el presidente de la compañía hasta el más modesto obrero”- que concurrían a presenciarla. La cámara tomaba a Gardel en el escenario de una alcoba en tanto la orquesta estaba fuera de su campo de visión; el cantor se acercó a una ventana, descorre un instante la cortina, vuelve sobre sus pasos, murmura algo a su hijita y comienza a cantar los dos minutos y medio que dura el tango en un completo silencio de la audiencia que se rompió al final con estruendoso aplauso.
SUS OJOS SE CERRARON - Tango 1935
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Sus ojos se cerraron...
y el mundo sigue andando,
su boca que era mía
ya no me besa más,
se apagaron los ecos
de su reír sonoro
y es cruel este silencio
que me hace tanto mal.
Fue mía la piadosa
dulzura de sus manos
que dieron a mis penas
caricias de bondad,
y ahora que la evoco
hundido en mi quebranto,
las lágrimas pensadas
se niegan a brotar,
y no tengo el consuelo
de poder llorar.
¡Por qué sus alas tan cruel quemó la vida!
¡porqué esta mueca siniestra de la suerte!
Quise abrigarla y más pudo la muerte,
¡Cómo me duele y se ahonda mi herida!
Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
con su limosna de alivio a mi tormento.
Todo es mentira, mentira es el lamento.
¡Hoy está solo mi corazón!
Como perros de presa
las penas traicioneras
celando mi cariño
galopaban detrás,
y escondida en las aguas
de su mirada buena
la suerte agazapada
marcaba su compás.
En vano yo alentaba
febril una esperanza.
Clavó en i carne viva
sus garras el dolor;
y mientras en las calles
en loca algarabía
el carnaval del mundo
gozaba y se reía,
burlándose el destino
me robó su amor.
¡Por qué sus alas tan cruel quemó la vida!
¡porqué esta mueca siniestra de la suerte!
Quise abrigarla y más pudo la muerte,
¡Cómo me duele y se ahonda mi herida!
Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
con su limosna de alivio a mi tormento.
Todo es mentira, mentira es el lamento.
¡Hoy está solo mi corazón!
Goyeneche grabaría este tango junto a la orquesta de Horacio Salgán en 1955.
No hay comentarios:
Publicar un comentario