"Volvió una noche" fue un tango compuesto por Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, presumiblemente para alguna película del periodo norteamericano del “Zorzal Criollo” y que relata una historia bien de adentro, de las raíces propias de Buenos Aires.
Por su argumento, ni “El día que me quieras”, ni “Tango Bar”, filmes de Paramount de esa época, admitían una letra como la de este tango y sólo hubiera podido figurar aisladamente, encajada a la fuerza en alguna escena de cabaret, como mostrando el repertorio gardeliano. Consciente de esta limitación, es probable que Le Pera, guionista de las películas, decidiera no introducirla en el contenido de éstas.
De una pieza, de un conventillo. De invierno, de una pava calentándose en la hornalla. Una historia hecha tango. Una historia de un amor de tiempos viejos; del amor pasional de juventud que un día decide volver buscando las horas más felices, la primavera de la vida...
Como bien dice José María Otero en su blog "Tangos al bardo", los versos que utiliza Le Pera son arrasadores. A cuánta gente le habrá ocurrido pasar por el trance de descorrer los velos y regresar al pasado. Ese fantasma del viejo pasado que tuvo momentos maravillosos y final triste y duro. Persigue la evanescencia del tiempo, su rebobinarse y romperse. Por eso este tema de Gardel y Le Pera es conmovedor de sentimientos y vivencias...
Es un tango que reúne tantas experiencias que nos depara la vida, que merece un respeto total pues, en definitiva, llega a lo más hondo de los corazones.
VOLVIÓ UNA NOCHE - Tango 1935
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Volvió una noche, no la esperaba,
había en su rostro tanta ansiedad
que tuve pena de recordarle
su felonía y su crueldad.
Me dijo humilde: "Si me perdonas,
el tiempo viejo otra vez vendrá.
La primavera es nuestra vida,
verás que todo nos sonreirá"
Mentira, mentira, yo quise decirle,
las horas que pasan ya no vuelven más.
Y así mi cariño al tuyo enlazado
es sólo una mueca del viejo pasado
que ya no se puede resucitar.
Callé mi amargura y tuve piedad.
Sus ojos azules, muy grandes se abrieron,
mi pena inaudita pronto comprendieron
y con una mueca de mujer vencida
me dijo: "Es la vida". Y no la vi más.
Volvió esa noche, nunca la olvido,
con la mirada triste y sin luz.
Y tuve miedo de aquel espectro
que fue locura en mi juventud.
Se fue en silencio, sin un reproche,
busqué un espejo y me quise mirar.
Había en mi frente tantos inviernos
que también ella tuvo piedad.
Mentira, mentira, yo quise decirle,
las horas que pasan ya no vuelven más.
Y así mi cariño al tuyo enlazado
es sólo una mueca del viejo pasado
que ya no se puede resucitar.
Callé mi amargura y tuve piedad.
Sus ojos azules, muy grandes se abrieron,
mi pena inaudita pronto comprendieron
y con una mueca de mujer vencida
me dijo: "Es la vida". Y no la vi más.
Roberto Goyeneche grabó "Volvió una noche"
con el Trío Baffa-Berlingieri en el año 1968.
No hay comentarios:
Publicar un comentario