El tango "Volver" de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera es una de las canciones
más conocidas y hermosas de la historia en la que su autor evoca,
con sensación de fracaso, el regreso a una ciudad y a una etapa de su vida.
Fue grabado con la orquesta de Tering Tucci, para la Victor de Nueva York, el 20 de marzo de 1935. En su papel de Julio Arguelles-Julio Quiroga, Gardel interpreta Volver sobre el cierre de la película "El día que me quieras", dirigida por Jhon Reinhardt. Se rodó en Long Island en enero, también de 1935; el estreno en Buenos Aires fue en el cine teatro Broadway el 16 de julio de ese año, unos días después de la muerte del cantante. La misma escena fue insertada en la película sábado a la noche, cine dirigida por Fernando Ayala y estrenada el 29 de septiembre de 1960 en el cine Ambassador. Desde su primera grabación, se consolidó como uno de los himnos internacionales del tango. Su letra evoca una nostalgia que le permite tener vigencia aún hoy, mientras que la entonación musical realizada por el dueto lo ha hecho inmortal. Entre sus frases encontramos una que ha quedado marcada en el continente americano y es utilizada como un dicho común: “veinte años no es nada”.
"El tango, cuya partida de bautismo se registró en los anales populares del viejo barrio corralero, actual Parque de los Patricios, ha tenido insospechable resurgimiento. Es casi seguro que, en la voluminosa historia de los bailes nacionales, no existe un caso semejante al que hoy preocupa a la atención pública, no solamente en su tierra natal, sino también en el extranjero, donde ha extendido sus contoneos con caracteres apasionados. Hasta hace pocos años nadie se ocupaba de él, sino para condenarlo por sus extravagancias de arrabal. Se le consideraba como baile genuino de gente bravía, de los que en cada mirada mandan envuelta una puñalada de desafío. Hoy la opinión ha cambiado y por el contrario, se le mira con simpatía, por la hermandad de viejas tradiciones con vidalitas y sentimentales estilos"
VOLVER - Tango 1935
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos,
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron,
con sus pálidos reflejos,
hondas horas de dolor.
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor.
La quieta calle donde el eco dijo:
"Tuya es su vida, tuyo es su querer",
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver.
Volver,
con la frente marchita,
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir, que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir,
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo,
que lloro otra vez.
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que, pobladas de recuerdos,
encadenen mi soñar.
Pero el viajero que huye,
tarde o temprano detiene su andar.
Y aunque el olvido que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guarda escondida una esperanza humilde,
que es toda la fortuna de mi corazón.
Volver,
con la frente marchita,
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir, que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir,
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo,
que lloro otra vez.
Este tango-canción sería grabado por el "Polaco" Goyeneche
junto a la orquesta de Carlo Franzetti en el año 1985.
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