La “Balada para un loco” creada por Astor Piazzolla y Horacio Ferrer en 1969, es una conocida canción argentino-uruguaya que significó una ruptura con la tradición y un hito para el tango-canción. Fue interpretado por primera vez por Amelita Baltar, con quien quedó desde entonces asociada. La canción fue una ruptura radical del tango cantado hasta ese momento y un hito del nuevo tango. El tema fue estrenado durante un Festival de Buenos Aires de la Canción y la Danza en el Luna Park el 16 de noviembre de 1969, que terminó con el público dividido entre los que consideraban que eso era tango y los que no. Para evitar que "Balada para un loco" ganara, los organizadores improvisaron un jurado popular, que terminó modificando la decisión favorable del jurado internacional (integrado entre otros por Vinícius de Moraes, Chabuca Granda, etc) para darle el premio a un tango llamado "Hasta el último tren" cantado por Jorge Sobral. El escándalo popularizó la canción que salió a la venta como simple al día siguiente. La ciudad comenzó a llenarse de muñequitos con medio melón en la cabeza, como dice la canción. Un mes después la grababa también Roberto Goyeneche.
La década irrepetible se negaba a irse así nomás. Los años 60 se extinguían, con plena conciencia de saber que habían cambiado las estructuras de años en varios ámbitos. La música, obviamente no era ajena a esto. El tango venía en bajada desde hacía un tiempo y necesitaba de alguien que lo actualizara a los tiempos que corrían (volaban quizás como nunca).
Discutido e incomprendido por la vieja guardia que se resistía a los cambios, Astor Piazzolla llegó y modificó todo lo que había, con un nuevo estilo. Su reafirmación definitiva para el gran público llegó allí, en noviembre de 1969, cuando en el Primer Festival de la Canción, auspiciado por la Municipalidad de la ciudad (todavía no autónoma) de Buenos Aires, presentó la obra que había alumbrado con Horacio Ferrer: “Balada para un loco”.
El poeta había llegado hasta la casa del músico pocos días antes con una frase en su mente: “Yo se que estoy piantao, piantao, piantao”. Y a partir de eso, comenzaron a construir la maravilla irrepetible. Cuenta Ferrer, que en un momento, cuando él recitó el “vení, volá, sentí, el loco berretín que tengo para vos”, Astor cerró repentinamente el piano y mirándolo emocionado le dijo: “Esto es una bomba atómica”.
Y de esa manera estalló en el Luna Park (sede del festival), desde su acorde inicial y desde que Amelita Baltar dijo por primera vez aquello de “Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste?”. El jurado deliberó entre una multitud que ovacionaba y desaprobaba en partes iguales el tema, hasta que dio su veredicto y el ganador del concurso fue “Hasta el último tren”, la otra canción finalista.
Pero el oído popular ya había dado su aprobación en otro sentido. La balada era la vencedora en sentimiento, dejando para la perpetuidad en la entretela del alma, cosas como eso de ver la luna rodando por Callao, mirar a Buenos Aires del nido de un gorrión o enloquecer el corazón de libertad.
Gracias Piazzolla por esa magia y gracias Ferrer por esos versos, que como bien sostuvo una vez: “El loco de la balada no tiene un piante psicópata. Tiene el piante del enamorado, capaz de irse de sí mismo para estar en la mujer que ama. El suyo, es un piante iluminado”.
BALADA PARA UN LOCO - Tango 1969
Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos. . . Cuando, de repente, detrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizón en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón para saludarte, te regalo una banderita, y te digo...
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos:
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!
Salgamos a volar, querida mía; subite a mi ilusión super-sport,
y vamos a correr por las cornisas ¡con una golondrina en el motor!
De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",los locos que inventaron el Amor;
y un ángel y un soldado y una niña nos dan un valsecito bailador.
Nos sale a saludar la gente linda...Y yo loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!:
provoco campanarios con la risa, y al fin, te miro, y canto a media voz:
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Loca ella y loco yo...
¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!
¡Loca ella y loco yo!
En tres ocasiones sería grabada la “Balada para un loco”
por el “Polaco” Goyeneche. En 1969 y en 1982 con Astor Piazzolla y
en 1993 con Lito Nebbia, a dúo con la "gata", Adriana Varela.
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